Somos una comunidad de monjas de vida contemplativa de votos solemnes, pertenecientes al Orden Monástico de la Santísima Anunciación, fundado en 1604 por la Beata Madre Maria Vittoria De Fornari Strata, patricia genovesa. Nuestra vocación monástica se inspira en las normas de vida de la Regla de San Agustín.
El misterio de la Encarnación del Divino Verbo, que abre a la humanidad la era de la gracia y del amor, revela la sublime elección de María para colaborar, como Madre, en la obra del Divino Salvador. La referencia explícita a este misterio empeña a las monjas a instroducirse en el plano de redención de Dios, imitando la Santísima Virgen en su humilde disponibilidad y completa entrega hacia el Señor.
Las Hijas de la Anunciación tienen la tarea de ofrecer a Dios un incesante sacrificio de alabanzas, de adoración y de agradecimiento, en nombre de todos los hombres, a través del inefable misterio de la Redención, iniciado con la Encarnación y cumplido en el Misterio Pascual.
Las monjas se consagran al servicio de Dios y de la Iglesia con la profesión de los votos solemnes, la vida únicamente contemplativa y la clausura papal y se proponen como la secuela y la imitación de Cristo, la participación amorosa al recogimiento y a la humilde obediencia de toda su vida, desde Nazareth hasta su suprema inmolación en la Cruz.
Animadas por la caridad divina, en una vida de incesante oración, se unen a la eterna intercesión de Cristo por los hombres, a favor de la Iglesia y de toda la humanidad.
Nuestra Orden ha nacido como Institución Monástica, completamente dedicada a la contemplación. Por lo tanto, deber esencial de toda monja – como don y como misión – es el de buscar y contemplar cada día la belleza del misterio de Dios, degustar su suavidad y a tener viva en los hombres, sus hermanos, la esperanza y el anhelo hacia los bienes celestes.
La contemplación es un don de Dios que no puede merecerse, sino que debe pedirse con humildad, confianza e insistencia (San Agustín, en el salmo 35,14).
La Fundadora de la Orden, la Beata Madre Maria Vittoria De Fornari Strata, solía decir a menudo: «¡Oh! Si pudiera ir por todo el mundo, siempre gritando : Confiad en Dios, esperad en Dios «.
Nuestra vocación fiel a la tradición de la Orden es una vocación contemplativa y misionera.
Elementos de espiritualidad de la Orden de la Santísima Anunciación (denominada Celestes) según los textos de la Madre Marie Serafine del Monasterio de Lyon ( Francia ):
– adoración del Verbo Encarnado
– en el misterio de la Anunciación
– siempre presente entre nosotros en la Eucarístia
– viviendo felices en el recogimiento de la vida de la Virgen y de su Divino Hijo y Maestro
– en oración continúa, en la meditación constante y en el trabajo asiduo
– imitando a la Virgen María, uniformándose con Cristo
– como hijas del Padre Celeste, hermanas y discípulas de Jesús, en la laboriosidad del Espíritu Santo.
– con simplicidad de vida y fraternidad.
– acogiendo con generosidad y esperanza las alegrías, sufrimientos y cruces propias de la vida.
– diciendo con Jesús Crucificado: todo se ha consumado
– viviendo en la leticia de la mañana de la Resurrección
– para ser testigos en el mundo de la desmedida Misericordia de la Santísima Trinidad.
EL MISTERIO EUCARÍSTICO
La Santa Misa, conmemoración viva del sacrificio de la cruz debe ser el centro de la vida de la Comunidad Monástica y la fuente principal de la que las Monjas toman el alimento para su vida espiritual.